Sanse: ¡empieza la carlomanía!

Sanse: ¡empieza la carlomanía!

«¡Mami, lo he visto!» Y mamá, feliz de ver al niño emocionado, se prepara para esperar a que nuestro Carlo, Jorge, tenga un hueco para la foto.
«Menos mal que me insististe en que viniera…» Ya no habla un niño, sino un hombre bien barbado, dándole las gracias a su amigo.

La salida de las representaciones es un espectáculo de la Gracia: Dios nos regala, al elenco del musical, el poder ver un poquito de lo que sembramos con ilusión y esfuerzo: emoción, ganas de foto y de abrazos a Jesús, y alegría, mucha alegría. También ver a las Hermanitas de los Ancianos Desamparados buscando un abrazo de nuestro Jesús…

El Señor seduce, no impone. «¿Qué buscáis?» (Jn 1, 38) es la pregunta de Quien sabe que da mucho más de lo que somos capaces de esperar…

Carlo, como Juan, entendió que la cosa iba de cariño, de fiarse y, por eso, levanta pasiones allá donde va. Porque estamos necesitados de un Dios cercano que vino a plantarse entre nosotros, como se plantó la parroquia de San Manuel González en medio de un solar (¡gracias por llamarnos!).

Carlo tiene mucho que decirte, con esa espontaneidad y con esa alegría. Este beato adolescente (en abril, santo) engancha… ¿La mejor señal? Que el espectáculo se prolonga a la salida de la última función a pesar del frío de enero a las 00:00…

Aquel niño, de la mano de su madre, ha visto a Carlo, sí. Pero, sobre todo, ha visto la fe hecha espectáculo, canciones, risas y lágrimas. Ha visto la versión final de Carlo Acutis. Y eso no puede acabar así. Esto sólo acaba de empezar: ¡llega la carlomanía!

¡Bravo sí, y original!

¡Bravo sí, y original!

“Lanzados, atrevidos, valientes… ¡originales!” Así quería Carlo a los adolescentes: con un poco de locura y un mucho de coraje. Porque en tiempos recios, hacen falta amigos fuertes de Dios.

Por eso, el Premio ¡Bravo! 2024 que se nos otorga hoy nos arma caballeros de Jesús. Como en otros siglos la espada en plano, con un estruendo, confirmaba al caballero (no podía ser de otra forma, en la memoria del caballero de Cristo San Francisco Javier, 3 de diciembre), hoy la Iglesia en España nos confirma en nuestra misión evangelizadora, no tan viajera (por ahora).

Original, el paso de Carlo nació como idea en una capilla, pequeña y preciosa, de Cuenca. Creció en la oración y se abrió en un casting como una iglesia-reunión. Ser Iglesia con nuestra Iglesia es un abrazo que nos sobrecoge y nos llena de gratitud.

La Delegación de Juventud y el Seminario de Cuenca, junto con nuestro obispo, D. José María Yanguas, han construido este musical. Sin la experiencia previa de ser Iglesia no habría sido este musical, habría sido sólo un espectáculo de música, escenografía y decorados, vestuario, iluminación, texto… Pero es vida: la vida de Carlo Acutis, un enamorado de la Eucaristía, de la única mujer de su vida, María, y de la Iglesia… Carlo (pronto San Carlo) viene a confirmarnos también de algún modo que Original, el paso de Carlo contiene su mensaje: ser santo no está tan lejos, basta con tener como proyecto de vida la amistad con Jesús. Y merece la pena cantar este mensaje. Y desplegarlo en un escenario. Y jugar con las melodías, las luces, los decorados, los bailes, las emociones y esperar, algún día, el abrazo final que Jesús nos reserva a cada uno, con nuestro nombre… Porque no somos nosotros los que lo esperamos; es Él el que nos espera y retrasa su paso para caminar con nosotros…

Mucho nos queda por cantar, para gloria de Carlo, de la Iglesia y, sobre todo, de Dios. Él, que nos soñó originales, también soñó con este momento de alegría y de orgullo por sentirnos animados por nuestra Iglesia en España. En sus planes estaba que diéramos un paso adelante, con la bravura del misionero y con la emoción del testigo: ¡bravo por la belleza que lleva a Jesús!

¡Gracias!

Alcalá de Henares: cuando Dios te susurra con música

Alcalá de Henares: cuando Dios te susurra con música

Alcalá. Dos sesiones. Casi 2500 personas…. Todos escucharon los mismos diálogos, las mismas canciones, los mismos acordes…

El auditorio debía de estar repleto de Ángeles de la Guarda, subiendo y bajando del cielo, atareados llevando mensajes… Porque cada uno recibió un susurro de Dios personal.

Para Jesús no fueron las mismas canciones, sino la canción que te canta sólo a ti. No fueron los mismos diálogos, sino ese momento de tu pequeña vida que a Él tanto le importa. No fueron los mismos acordes, sino la música que, aunque sólo tú existieras, Él habría inventando para ti.

Y, en el centro, Él, que nos ha puesto en marcha desde Cuenca y que a tantos (desde Ávila, desde Madrid, o desde algún rincón de Toledo) los ha llamado, porque Él ha querido.

En Alcalá hemos vuelto a ser instrumentos de Jesús. Podemos dar gracias y estar alegres porque ha estado grande con nosotros. Porque nos hemos fijado bien y sí, se veía el cielo abierto y mensajeros de Dios, que a cada uno llama por su nombre, subiendo y bajando.

Porque, en Alcalá, Jesús nos ha amado a través de vosotros. Y a vosotros os ha acariciado con nuestras manos, nuestras voces y nuestras sonrisas.

Gracias a Él. Gracias a vosotros.

Con la música a otra parte…

Con la música a otra parte…

La visita al Papa Francisco en Roma ha sido un regalo para nuestros seminaristas, pero no el único ni el último. La Belleza, como el Bien, se expande… ¡Así que ahí estaba esperándonos el piano del Aeropuerto Leonardo da Vinci, en Fiumicino!

Un compositor y un intérprete… y un piano… ¿Qué crean los tres juntos? ¡Un inolvidable momento! Tanto nuestros seminaristas originales (sí, este musical es 100% seminario…) como el público que se acercó, atraído por la canción ¿Quién decide quiénes somos? disfrutaron de una interpretación atrevida y espontánea que elevó corazones a Jesús por el camino de la Belleza…

¡Disfruta de esta auténtica experiencia en 360⁰!

¿Quién decide quiénes somos?

¿Quién decide quiénes somos?

Dentro del marco de la visita y audiencia de los seminaristas de la provincia eclesiástica de Toledo con el Santo Padre Francisco, entre los que se encuentran nuestros seminaristas de @semicuenca del @obispadocuenca, nuestro protagonista @jorgemora_3 ha tenido la suerte y la oportunidad de poder interpretar la canción de nuestro musical Y yo, ¿podré ser?, la cual tiene un mensaje profundamente vocacional, acompañado del resto de seminaristas.

Jorge ha aprovechado para entregarle al Santo Padre el dossier y un pendrive con todas las canciones del musical.

El Papa, en un tono bromista, le ha preguntado a Jorge si tenía claro que quería ser sacerdote o una estrella de la música, ya que se ha quedado impresionado con la actuación 🎙️😊.

Jorge, muy convencido, ha respondido que él tiene claro que quiere ser sacerdote 😇.

¡Todo el elenco hemos sentido la bendición del Papa y tenemos un impulso más para seguir con nuestra tarea evangelizadora allá donde se nos llame!

«¿Quién decide quiénes somos?» La vocación es un diálogo, no una simple respuesta… Es Jesús quien primero se acerca a mí, a la orilla del lago de mi vida, y me mira, y pronuncia mi nombre. Sólo después doy mi respuesta, cuando me siento mirado, escucho mi nombre y la invitación a seguirle…
¡Esa armonía a dos voces se la hemos cantado hoy al Papa Francisco!

Conmuévete… ¿a qué esperas? ¡El Papa Francisco ya es original!

Iglesia siempre: ¡gracias, Plasencia!

Iglesia siempre: ¡gracias, Plasencia!

San Pablo podría haber escrito una carta a los placentinos, y habría empezado como la primera carta a los tesalonicenses: “gracias a Dios por vosotros, por la actividad de vuestra fe, el esfuerzo de vuestro amor y la firmeza de vuestra esperanza en Jesucristo nuestro Señor…”

He ahí una Iglesia, la comunidad en Plasencia de los que siguen a Jesús, unida por ese mismo Jesús a la misma Iglesia de Cuenca que va a anunciar el Evangelio con la fuerza que sólo el Espíritu Santo da…

Porque en la economía de Dios, “al que tiene, se le dará” y nos traemos más de lo que os dejamos… Os dejamos emociones y nos traemos testimonios vivos; os dejamos belleza y nos traemos admiración por vuestras catedrales; os dejamos música y nos traemos la armonía de ser un sólo discipulado de Cristo…

Los detalles en la acogida, las sonrisas de vuestro servicio, tantos grupos (scout, juventud, parroquias, colegios…) aunando esfuerzos, un obispo que recoge los platos (los suyos y los de los otros…) ¿Por dónde empezar a dar(os) las gracias?

Llevamos un musical y nos trajimos una Iglesia viva, una comunión en un mismo Espíritu. Gracias. 

Con san Pablo os decimos que “sabéis muy bien que nuestra visita no fue inútil” y que el deseo de volver a encontrarnos y hablar de Carlo se ha acrecentado. Carlo, ese santo que nos atrae para Jesús y que amaba tanto a la Iglesia (“criticar a la Iglesia es criticarnos a nosotros mismos”) nos ha enseñado por vosotros el don que significa ser uno en Jesús. 

De nuevo, ¡gracias! 

Y también ¡hasta pronto!