Fin de la primera representación de Original, el paso de Carlo. Nos acercamos a D. Jesús Pulido, obispo de Coria-Cáceres, para agradecer la extraordinaria acogida de nuestro musical en esta diócesis… ¡y es él quien nos da las gracias!
Fin de la segunda representación, y vuelve a agradecer, mientras le agradecemos, otra vez, su extraordinaria acogida… No nos vamos a acostumbrar a que sean los que más dan los que más agradecen…
Es de Cristo, como san Pablo, quien da gracias en toda ocasión y está alegre, y en Coria-Cáceres hay un pastor (domingo del Buen Pastor) que agradece ver la alegría de Carlo entre sus ovejas.
Un regalo para celebrar al nuevo Papa León XIV, dijo D. Jesús. Y un regalo se acoge con gratitud y alegría, pero también se convierte en un don de vuelta. Porque el regalo del musical es una tarea: llevar la alegría de la mirada de Jesús y el amor de Carlo por la Eucaristía (por la acción de gracias) a la propia vida: reconciliarse con Dios.
En esta espiral de gratitud tenemos la penúltima palabra: ¡gracias! A todos los que se han dado para que nuestra experiencia en Cáceres haya sido Iglesia hogar: D. Roberto Rubio y sus seminaristas (¡Adelante, siempre adelante!), fray Juan Carlos Moya y sus hermanos del Convento de Santo Domingo, Castillo y su equipo de la delegación de juventud… Todos los que llenaron el Palacio de Congresos con su fe y su entusiasmo por el beato Carlo Acutis…
El regalo nos lo llevamos nosotros: queremos seguir sorprendiéndonos con la Iglesia que acoge con la sonrisa y la disponibilidad, con esta casa de todos en la que Dios nos reconcilia con Él y entre nosotros. Este fin de semana Carlo nos ha enseñado que en la mirada de Jesús Eucaristía hay siempre un encuentro que nos alegra. Y vosotros nos habéis enseñado que en las miradas entre cristianos se ve la unidad de quienes han sido abrazados por unos brazos crucificados. De nuevo, y en nombre de Cristo, gracias.








