Tarancón tenía que ser, por derecho propio, nuestro segundo estreno porque casi un 25% del equipo llevaban varios meses de desplazamientos para ensayos de escena y de orquesta. Sin ellos, el musical no habría salido adelante, y se habían ganado representar en su localidad. ¡Impresionante acogida! El auditorio lleno y testimonios estremecedores. ¡Gracias por compartir con nosotros cómo el musical tocó vuestros corazones y vuestras vidas! En Tarancón comenzamos a ver, como un regalo de Dios, algunos frutos del musical: el consuelo en la pérdida de un familiar, en la propia enfermedad, la ilusión por decir sí a Jesús en la vocación… ¡Gracias, siempre!
Entre el mar y los acordes
Desde el Palacio de Festivales, la bahía de Santander. Tras el telón, más de mil personas por...