
Albacete no tuvo miedo…
Tú eras muy joven, pero un día un Papa se atrevió a gritarle al mundo desde la plaza de San Pedro: «¡No tengáis miedo! ¡Abrid de par en par las puertas a Cristo!» Y hay un sacerdote en Albacete, Paco Sevilla, que tampoco ha tenido miedo de abrir las puertas a Cristo y a su querido Carlo Acutis…
Capaz de movilizar a su joven parroquia y de llegar hasta más de mil personas, que llenaron en dos sesiones el Teatro de la Paz, este hombre y su equipo nos trataron como a quien viene en el nombre del Señor.
Aquella pequeña parroquia —sí, las semillas son pequeñas… hasta que crecen y dan mucho fruto— fue un regalo para nosotros. Allí había dos amores, tres, cuatro… El Señor, como centro de tanta rima, acorde, gesto, proyección escénica y atrezzo; María, para siempre al pie de la cruz para ser nuestra Madre cercana; San Juan Pablo II, que se encargó en su momento de la mitad mayor del elenco; y Carlo Acutis, que se encarga ya del resto… Todos juntos en apenas una parroquia de un bajo comercial en un barrio en expansión… Los cuatro como más les gusta: rodeados de una santidad de la puerta de al lado, de la vida tal y como venga, pero que venga con Jesús…
De nuestras palabras, cantadas o no, sólo resuena ya «¡gracias!», porque quien acoge por amor, no pierde, aunque pierda, y no queda solo, porque El que da sin medida hará posible lo que parecía imposible. El que de una muerte sacó la resurrección, en esos bajos parroquiales convertidos en parroquia abrirá los confines de los Estados, los sistemas económicos y los políticos, los extensos campos de la cultura, de la civilización y del desarrollo. Que vuestros cuatro pilares son, también, los nuestros. Que somos hermanos. ¡Gracias!


